lunes, 23 de abril de 2012

CIEN AÑOS DE SOLEDAD- Gabriel Garcia Marquez



Esta novela trata de la vida de de un hombre que esta marginado de la sociedad, y se siente muy solo, porque nadie le ve ni le escucha. Se refugia en su poesía y pasa el resto de su vida solo.

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos.”
(García M., 1999:11)
Su padre es un hombre sencillo que tiene una casa en el campo y cultiva sus cultivos. Aureliano empieza a recordar toda su vida. Todo el tiempo que ha pasado por su vida pasa ante sus ojos en un instante. Recuerda su infancia, que la pasaba con su padre en una granja, con un lago, que en invierno se helaba

Recuerda que hace poco tiempo un gitano descubrió el magnetismo y el coronel quería conseguirlas las bolas magnéticas para sacar todo el oro de los lugares en los que se encontrase.
Él pasó toda su vida rodeado de soldados y gente que trabajaba con él. Pero en esa instante se dio cuenta de que estuviese con la gente que estuviese siempre estaría solo. Porque ahí en medio, a punto de ser fusilado, sin nadie que le ayudase, se sintió más solo que nunca, y se percató de que realmente siempre había estado solo, o parcialmente rodeado de gente. Pero Aureliano había dedicado su vida a hacer negocios. Así que pegó un grito desgarrador haciendo que parase, consiguió hacer un trato con los fusiladores, les dijo que si les dejaba vivir, todo el oro que consiguiese se lo daría, hasta que ya no quedase mas oro en el mundo. Ellos, obviamente, aceptaron. Pero Aureliano tenia un plan, tenía un grupo de amigos nativos que estaban en contra del fusilamiento, la guerra y todo lo que conllevase la violencia. En la primera excavación en busca de oro, el coronel ya había hablado con los nativos, y con un arrebato de rabia les atacaron con sus caballos y lanzas. Acabaron con todos, y Aureliano pudo rehacer su vida tranquilamente.

GARCÍA.M.,G (1999): Cien años de soledad, Ed. El Mundo, Madrid.